miércoles, 23 de marzo de 2011

Día Mundial de las personas con Síndrome de Down

El lunes 21  de marzo se conmemoró el Día Mundial de las personas con Síndrome de Down. Algo que para unas 34.000 familias españolas es muy importante. Un día para que la sociedad sea consciente de la realidad que conlleva una discapacidad que se ha ido haciendo un hueco en condiciones de igualdad, así como para remarcar todo aquello que aún queda por hacer.




Actualmente trabajo con un niño con Síndrome de Down (F), que tiene 11 años. Forma parte de un grupo de musicoterapia junto con otros niños, uno con Parálisis Cerebral leve (R, también 10 años), una chica con TGD (L, de 13 años) y la hermana de uno de ellos -R- (J) de 8 años sin ningún tipo de patología. Es un grupo heterogéneo que funciona muy bien, todos y cada uno de nosotros hemos ido asimilando que somos únicos y que los demás no tienen por qué ser como nosotros, pero hay una cosa fundamental entre todos:
El respeto.

Yo puedo ser una chica muy movida, pero tengo que respetar al que no lo es. A mi me gusta tocar instrumentos fuertes (panderos, djembés…) pero tengo que respetar al que le gustan los sonidos más suaves…. Así como respetar el tiempo de cada uno de nosotros:
F. es mucho más enérgico que R. en casi todos los sentidos. Pero la cercanía, la amistad, el trabajo conjunto han ido haciendo que R. tenga respuestas motoras y cognitivas más rápidas y que F. haya rebajado su nivel de fuerza en el golpeo, así como de espera de contestación musical de R.

L. ha encontrado en J. una igual, con la que reirse, compartir e incluso quedar fuera de las sesiones (en casa de una o de otra). Comparten un momento que para ellas es único. Y J. ha aceptado a los niños diferentes a ella, que a su corta edad no es fácil.


En las intervenciones de musicoterapia con niños con Síndrome de Down hay ciertos objetivos comunes, por decirlo de algún modo. Aunque no me gusta ni siquiera nombrarlo, ya que cada una de las personas con las que trabajas son únicas y tienen unas especificaciones diferentes, como todos vamos.

 
Influye el hecho de si son sesiones grupales con otros niños con S. Down, u otras patologías, sesiones individuales, trabajos de integración en grupos de niños ordinarios, la edad del niño/a.


Pero si tengo que poner unos puntos serían estos:
  • Mejorar los canales de comunicación verbal y no verbal como herramienta de mejora en las relaciones sociales, así como en la expresión y comunicación emocional.
  • Reforzar la autoestima mediante actividades autorrealizadoras, aumentando así el nivel de confianza en sí mismo.
  • Provocar cambios en las facultades psicomotoras como la coordinación, percepción espacial, desplazamientos, lateralidad…
  • Fomentar el desarrollo de las capacidades intelectivas tales como la imaginación, creatividad, fantasía, memoria, concentración y atención conjunta en una actividad.



    • Favorecer la toma de iniciativa propia

    Ya que son algunas de las cosas que trabajamos desde las sesiones grupales de musicoterapia. Pero los objetivos van modificándose dependiendo de las necesidades vitales de cada niño/a. No podemos obviar todas las vivencias que ellos van acumulando durante los días, las semanas… y que necesitan trabajar como autorregulación emocional.


    Por ejemplo, ahora con F. estamos trabajando el espacio propio y ajeno, ya que desde dos semanas atrás comienza a invadir el espacio del resto de sus compañeros, instigando a hacer cosas que ellos no quieren. Desde el diálogo musical y la práctica instrumental vamos trabajando el espacio de cada uno.

     

    ¿Quién sabe lo que deparará la sesión de la próxima semana?

    Seguramente ni ellos ni yo lo sepamos, pero lo que sí tenemos claro es que el martes de 6’45 a 7’30 tenemos un espacio físico y sonoro, muy buena compañía, y muchas ganas de trabajar y pasarlo bien con la música.








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