Ya no hay vuelta atrás señores. La sociedad nos hemos dejado pisotear a tal nivel que ya ni nos hace "saltar" el hecho de que el Ministro de Educación Wert de un tajo firme a algo que no le pertenece: LA MÚSICA.
Esta maravilla fue creada POR y PARA el SER HUMANO desde que éste lo es. Desde las tribus africanas que crean la música -entre todos- del nuevo miembro que va a nacer, pasando por Platón quién afirmaba que el ser humano debía de formarse en Gimnasia, Filosofía y Música (esta última para formar "el alma").
Los niños de Madrid, a los que yo me dedico en cuerpo (movimiento, gimnasia), mente (filosofía) y alma (música,musicoterapia) se emocionan con los sonidos, se ayudan entre ellos, se forman de otra masa... la emocional. Esa que espero siempre les acompañe en su vida. Y ahora, usted, se lo arrebata. Porque según el Ministro Wert "hay materias que distraen" frente a las instrumentales (ciencias, lenguas y matemáticas).
Sí señor Wert, nos ha demostrado que usted no ha tenido la gran suerte de ser formado en música. Porque de lo contrario no se atrevería a hacer desaparecer algo que llega directamente a lo más profundo del ser humano: los sonidos de su alma.
Leo en Aula de Filosofía lo siguiente.
(Por si alguien se lo puede hacer llegar al señor Ministro)
(Por si alguien se lo puede hacer llegar al señor Ministro)
"En cualquier caso, es importantísimo cuidar la educación musical pues la música es el arte que “más penetra en el interior del alma”, le otorga gracia y la ayuda a distinguir la belleza y el bien.
No serán músicos, ni Sócrates ni los guardianes a los que pretende educar, si antes su alma no demuestra ser valiente, magnánima y temperada y capaz de reconocer las huellas de estas virtudes hasta en las cosas más pequeñas. Si estos caracteres están presentes en un hermoso cuerpo no habrá espectáculo más bello para contemplar. El verdadero músico no podrá evitar amar a los hombres de este tipo. Pero el verdadero amor está relacionado con lo moderado y armonioso, y no con la demencia y la intemperancia del placer sexual. Por tanto, el Estado tendrá que establecer una norma según la cual el amante deba comportarse con el amado de un modo honesto y temperado. Termina el discurso sobre la música donde debía hacerlo: en el amor a lo bello"
